El Cronopio

Revista de divulgación, educación y cultura científica


Presentación   Historia   Artículos   Colaboraciones   Envío


 

 

En 1970 un grupo de estudiantes concibió, en los prados de la antigua Escuela de Física-UASLP, lo que fue El Cronopio, un periódico que pretendía sacudir las adormecidas y conservadoras conciencias de los estudiantes potosinos. Nombre de corte cortazariano que en 1952 Julio Cortazar acuñara dando nombre a una parte poco explorada del universo cotidiano. El Boletín El Hijo de El Cronopio, continúa la tradición generada en 1970 y proseguida con la publicación de la revista El Cronopio que edita la Facultad desde 1993 y que ahora, en este 2008, toma la forma de una revista electrónica. He aquí un poco de historia.

 

 En 1952 Julio Cortázar publicó en la revista Buenos Aires Literaria una crónica de un concierto parisino de Louis Armstrong titulada “Louis, enormísimo cronopio”. Con ello, un nuevo término daba nombre a una parte poco explorada del universo cotidiano. En su libro Historias de Cronopios y de Famas, descubrimos el singular humor cortaziano, en su punto más lejano de la comicidad ramplona y más cercano de la lucidez, que todo lo indaga, lo cuestiona y remueve. El libro está integrado por cuatro partes: manual de instrucciones; ocupaciones raras; material plástico e Historias de Cronopios y de Famas, misma que le da nombre al libro. En esta singular obra descubrimos y comprendemos la costumbre de los famas de embalsamar cuidadosamente sus recuerdos y que, cuando los cronopios cantan sus canciones favoritas, se entusiasman tanto que, en su arrebato, se dejan atropellar por camiones y bicicletas. Algo casi inevitable, luego de leer el libro, es ir por la vida reconociendo a nuestro alrededor a quienes, sin saberlo, son esperanzas, famas o cronopios.

 A principios de los setenta, estudiantes de la Escuela de Física de la UASLP, encabezados por Manuel Martínez Morales, Raúl Brito, David Salas, entre otros (mejor conocida como la cofradía del falo vengador), iniciaron una publicación a manera de periódico mural, un tanto irreverente, que llevó el nombre de El Cronopio que se basaba en escritos científico-literarios; posteriormente, en 1973 salió a la luz El Cronopio como periódico impreso, un periódico de la raza de la Escuela de Física; en 1993 iniciamos la segunda etapa de la publicación, en la forma de revista con el enfoque de revista de divulgación, educación y cultura científica, pero con el mismo espíritu, propio de los cronopios. De la revista se publicaron nueve números. En 1998 se inicia la publicación semanal del Boletín que en un principio llevó el nombre de La Ciencia en San Luis, nombre que tomó del noticiero científico que se transmitió desde 1993 y, que al terminar su emisión, dio paso al Boletín, que tiempo después cambio al nombre de El Hijo de El Cronopio.

 

 Manuel Martínez nos dice sobre el primer Cronopio: El Cronopio original fue concebido en los prados de la antigua Escuela de Física -ya en la Zona Universitaria- entre Brito, el Pozoles, Mario Martínez -teatrero, hoy en el grupo Zopilote de CLETA-, David Salas y yo, entre otros. Queríamos hacer algo que sacudiera las adormecidas y conservadoras conciencias de los estudiantes potosinos de aquella época (alrededor de 1970-71). Como complemento teníamos un periódico mural cuyo primer número causó escándalo pues contenía en grandes letras el poema "Digo yo que no soy un hombre puro" de Nicolás Guillen. Las niñas fresas de química y odontología iban a leer a escondidas el dicho poema. Eso empezó a darnos la mala fama de falos vengadores. El tal poema fue publicado después en el Cronopio. Después de publicado el primer número del Cronopio me mandó llamar el Rector, Guillermo de los Santos, y me dijo: "¿tu eres el del periódico?" Si -le contesté..."no le des de patadas al pesebre" me dijo, nada más. Sin embargo nunca sufrimos realmente represión alguna por el periódico que se volvió bastante popular.

 

 


Cuerpo Académico de Materiales

Facultad de Ciencias. UASLP

2008